CABA. Malena Togni, la alumna de Danza Urbana del barrio Fátima que llegó al Colón

Malena Togni tiene 16 años y vive en el barrio Fátima, en Villa Soldati. Desde abril de 2018 participa de los talleres de Orquesta y Danza Urbana que se llevan a cabo en su escuela, Nuestra Señora de Fátima. Es una bailarina innata que se adapta a cualquier estilo, ya que en el taller de Técnica de Estilos Combinados (TEC) practica tango, danza clásica, danza española y otras disciplinas. En las coreografías grupales, baila como pilar, líder y solista.

Es una artista en formación que sigue trabajando para mejorar y pulir sus movimientos, y que luego de un arduo trabajo cambió su vida por completo, llegando a estar becada en el Teatro Colón y la Fundación Julio Bocca.

“Me encanta bailar. Comencé de chiquita, no sabiendo que el día de mañana me terminaría gustando tanto. Me enteré del taller en el Colegio, fui para probar, me gustó y supe que era lo que estaba buscando. Comencé con Danza Urbana y este año descubrí otros tipos de baile”, afirmó. 


En septiembre de 2018, después de varios meses tomando clases, Malena se presentó por primera vez en un escenario. Junto con sus compañeros y los alumnos del Barrio 31 mostraron su trabajo en el Escenario Generador del Festival Ciudad Emergente. Realizaron en conjunto una presentación artística donde explotó el género urbano y el FreeStyle.

En octubre, formó parte de “Barro”, un cadáver exquisito que se presentó en el Hall del Teatro San Martín en el marco del Festival de Danza Contemporánea. Allí, ella y su grupo trabajaron junto con los alumnos del taller de Rap y Literatura de Carrillo y presentaron un show que tenía como eje principal la identidad, fuerza y vitalidad en calles de los barrios marginales.

En diciembre del mismo año, Malena fue parte del Festejo Fin de Año de Arte en Barrios, y realizó una coreografía junto con los alumnos del Barrio 31 en la fachada de la Usina del Arte. Ese mismo mes subió por primera vez al escenario del Teatro Rivadavia, realizando una doble presentación: por un lado, estuvo con su grupo de Danza y por el otro, con la Orquesta de Fátima tocando el violín.

En febrero de 2019, participó en el Festival Ciudanza donde se destacó su excelencia a la hora de interpretar. En el Parque Centenario, tuvo por primera vez un momento como solista, en el que bailó mientras tocaba el violín, uniendo sus dos grandes pasiones. 

Malena dijo que “no me imaginaba que iba a salir a exponer a distintos teatros. Participé en el San Martín, en Ciudanza y en la Usina. Ahí fue cuando decidí que ésto me gusta: sentirme así y que a la gente le guste lo que ve”.

Después de todo ese año de formación y trabajo, en marzo Malena fue becada por el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón para el seminario de Danzas Españolas, en el que profundizó, durante 10 jornadas, diferentes técnicas del flamenco.

“Cuando me dijeron ´Te conseguimos una beca para el Teatro Colón´, esa sensación fue espectacular, increíble, no lo podía creer. Me sentí bien conmigo misma, sabía que me tenía que exigir más porque valía la pena. Conocí gente que tiene un talento hermoso”, resaltó.

Inmediatamente después, a comienzo de abril, fue becada por la Fundación Julio Bocca. Allí estudia una vez por semana durante ocho meses (hasta diciembre), pasando por diferentes clases especializadas en distintos estilos, entre ellos Danza Urbana, Comedia Musical y Danza Clásica.

“Ganar las becas fue una experiencia única. Convivís con otras personas, hay que adaptarse, equivocarse y aprender. El Colón es algo único y al verlo fue mucho glamour…No estaba acostumbrada, nunca había ido. Es algo hermoso, te quedás viendo todo!”, describió.

Malena destacó que “aprendí que cuando estoy haciendo algo mal lo tengo que mejorar y corregir cueste lo que cueste, porque eso me va recompensar. Todo el sacrificio que hice me sirvió un montón”. Además expresó que “mi sueño es seguir avanzando, seguir sintiéndome completa, ir enseñándoles a otros nenes y hacerlas sentir bien como yo me sentido. Quiero seguir trasmitiendo esta pasión”.

De esta forma, Malena continúa formándose como una artista profesional, producto de su esfuerzo y superación personal y el acompañamiento de Arte en Barrios, un programa que llegó a su barrio y le abrió innumerables puertas

Sobre Arte en Barrios

Arte en Barrios es un programa que llevan a cabo conjuntamente el Ministerio de Cultura, el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat, la Secretaría de Integración Social y Urbana y el Instituto de la Vivienda del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y trabaja en 22 barrios de la Ciudad de Buenos Aires.

Funciona desde 2016 y ya llegó a más de 200.000 vecinos. Durante sus tres años de funcionamiento fue creciendo, llegando a más barrios y realizando mayor cantidad de talleres, salidas, eventos y jornadas de capacitación.

El principal objetivo de Arte en Barrios es acercar la oferta cultural de la Ciudad de Buenos Aires a todos los vecinos y garantizarles las condiciones para desarrollarse en ese ámbito. Para eso, durante 2019 se realizarán 1.350 actividades culturales, que incluirán talleres artísticos y de oficios culturales cada semana, 150 jornadas de formación y capacitación en gestión cultural, salidas a museos, teatros y a los espacios culturales más importantes de la Ciudad; y shows y presentaciones de reconocidos artistas en los barrios vulnerables. 

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Los 110 años de Julio Cortázar en la Ciudad

Habrá pinturas, esculturas, fotografías, videos, instalaciones sonoras, objetos personales y un imponente túnel de 93 metros para celebrar los 110 años del nacimiento del escritor argentino. La exposición podrá visitarse desde el 15 de octubre hasta el 23 de marzo de 2025, de martes a viernes de 13 a 22 horas, sábados, domingos y feriados de 11 a 22 horas con entrada libre y sin costo para residentes argentinos.

“Comienzo del juego”, la nueva gran exhibición con la que el Centro Cultural Recoleta conmemora los 110 años del nacimiento del escritor argentino Julio Cortázar y los 40 años de su muerte, en el marco del “Año Cortázar” impulsado por el Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires.

“Comienzo del juego” se extiende a lo largo de más de 1500 metros cuadrados en el espacio expositivo bautizado en 1994 como Cronopios J y C, en honor al escritor. A lo largo de las tres grandes salas, la exposición repasa la biografía, la obra y la influencia de Cortázar a través de un abordaje lúdico y al mismo tiempo riguroso, imaginando una mirada múltiple intervenida por diversas disciplinas.

En las salas J y C, los críticos literarios Pablo Gianera y Maximiliano Tomas dividen la vida de Cortázar en dos grandes etapas, antes y después de su viaje a Francia en 1951: allí pueden verse fotografías inéditas, objetos personales que se muestran por primera vez, cartas manuscritas y mecanografiadas, dos cortometrajes realizados por el cineasta Eduardo Montes-Bradley para la ocasión —con imágenes registradas por el autor de Rayuela—, dibujos de su propia mano, una instalación sonora, audios originales y una cuidada selección de fragmentos de su obra.

Estos dos espacios están conectados por un túnel o pasaje (una idea esencial de la literatura cortazariana) de más de 90 metros creado por el curador Rodrigo Alonso para la sala Cronopios como un recorrido que el visitante puede transitar a su gusto, y a través del cual desembocará en situaciones inspiradas por los títulos de sus libros. Una vez allí tendrá la posibilidad de sorprenderse con las propuestas visuales de artistas argentinos como Marta Minujín, Edgardo Giménez, Fermín Eguía, Graciela Taquini, Pablo Suárez, León Ferrari y Mildred Burton, entre muchos otros.

Rodrigo Alonso se enfocó en las atmósferas fantásticas del escritor para hacer su curaduría. “La exposición que se despliega en la Sala Cronopios está imbuida de ese sello cortazariano y, por momentos, remite a algunos cuentos específicos del autor argentino; sin embargo, no pretende ser una ilustración de sus historias, sino más bien un encuentro caprichoso con su riquísima usina imaginaria”, señaló Alonso a Perfil.

Por su parte, Pablo Gianera apuntó en su texto curatorial que su Maga “fue la ‘síntesis’ (es palabra suya) de Cortázar y de París” y que “ausente para siempre La Maga en Rayuela, desaparece con ella esa entidad encantatoria superior. Cortázar siguió buscándola, no a ella -su personaje- sino a la unidad”.

“Ritos, pasajes, juegos. Esas tres nociones que Cortázar usó para agrupar y reordenar sus cuentos delimitan de modo más general un triángulo en el que el pasaje como vértice superior señala en verdad el impulso a la unidad de su obra entera. Pero es un impulso cuyo efecto, la reunión de lo inconexo, se le delega confiadamente al lector: su misión es armar cada vez la figura, para que cada vez sea la primera vez”, destacó Gianera.

Maximiliano Tomas, curador de la propuesta y director del Recoleta advierte en una entrevista con el diario Perfil que “el joven Cortázar se asemeja a un continente donde todo cabe y se macera: los textos de Verne, Poe, Cocteau, Stevenson, Keats, la música, el boxeo, el cine, el interés por las artes visuales”.

“¿Qué lugar ocupa hoy en la cultura argentina, a cuarenta años de su muerte? Si su figura excede el campo literario -como ícono pop, como visita obligada para turistas en el cementerio de Montparnasse-, dentro de sus márgenes hay quienes lo señalan como un autor de iniciación, un camino hacia nombres mayores”, analiza y sigue: “Pero ni sus más acérrimos detractores pueden ocultar la felicidad que muchos asocian a sus textos. Hay escritores que petrifican al lector en su lugar, como Medusa. Muy pocos, como Cortázar, parecen lanzarlos a una verdadera aventura intelectual, al generar, al mismo tiempo, ganas de seguir leyendo y de sentarse a escribir”.

La exposición podrá visitarse desde el 15 de octubre hasta el 23 de marzo de 2025, de martes a viernes de 13 a 22 horas, sábados, domingos y feriados de 11 a 22 horas con entrada libre y sin costo para residentes argentinos.

Sombreros, porteños e históricos: abrió un local en el centro

Nació en 1891 de la mano de los hermanos Lagomarsino y llegó a su apogeo en los años 30; en 1967 la familia Riera la salvó de la quiebra y hoy estrenan un local-museo sobre la histórica avenida de Mayo.

Los sombreros en los años 30 alcanzaron su esplendor: Gardel e Hipólito Yrigoyen llevaban sus diseños; realizaban exportaciones a Europa y América y de su modelo más popular, el sombrero Flexil, llegaron a fabricar 1000 docenas anuales.

Tuvieron más de 800 empleados a los que ellos mismos formaban en el oficio. Tres generaciones de Lagomarsino estuvieron al mando de la empresa, hasta que en 1945 Rolando Lagomarsino incursionó en la política y, de a poco, comenzó a descuidar la industria familiar. Fue eso lo que los llevaría, más adelante, a tomar la decisión de vender la fábrica y la marca.

La marca icónica de sombreros Lagomarsino continúa siendo un legado familiar, pero con un nuevo apellido: Riera. Además de Jorge y Juan, su hermana Silvina trabaja en la parte administrativa, y ya se incorporaron sus respectivos hijos.

“La pasión por los sombreros la llevo en la sangre. La palabra Lagomarsino nos llena de orgullo. Es lo que vimos toda la vida y siempre estamos detrás de detalles para mejorar y evolucionar”, señala Jorge, gerente del reciente local de la marca inaugurado sobre Avenida de Mayo.

“En la época de oro de Lagomarsino, Argentina era uno de los mayores fabricantes de sombreros del mundo. Lagomarsino formaba parte de una coalición que compartía secretos de la industria junto con las marcas internacionales más importantes, como Borsalino de Italia y Stetson de Estados Unidos”, cuenta Jorge.

 Fuente: diario La Nación

Homenaje a Sarmiento en el Día del Maestro

En el marco del Día del Maestro, los diputados de la Ciudad de Buenos Aires declararon de Interés Cultural e Histórico al libro “Sarmiento – El presidente que cambió a la Argentina”, de Daniel Balmaceda. El acto se llevó a cabo dentro del Salón Montevideo y contó con la presencia de la legisladora e impulsora del proyecto, Silvia Imas; el Vicepresidente Primero de la Legislatura, Matías López; y el autor de la publicación.

El Cuerpo Legislativo resaltó el valor histórico-cultural de la publicación del historiador y periodista, Daniel Balmaceda, donde analiza las distintas contribuciones del prócer argentino en diferentes campos como la literatura, la educación y la sociedad en general.

En el inicio de las exposiciones, Imas destacó que, mediante el libro, “aprendemos otro lado de Sarmiento” y agregó: “Desde el comienzo fue difícil su presidencia, la guerra y la fiebre amarilla, tuvo todas en contra y aún así logró una presidencia transformadora y cambió el destino de la Argentina”. A su vez deseó que en el presente surjan “otros sarmientos” que transformen el país, lo lleven a ese destino de grandeza y “siempre priorizando el bienestar del país”.

A su turno, Balmaceda agradeció a las autoridades de la Casa Legislativa, a López y a Imas. Luego hizo un breve racconto sobre la historia de Sarmiento y del país, “para encontrar los detalles en un presidente, en una época donde estábamos poniendo los cimientos institucionales”.

También recordó: “Lo interesante fue cuando sus amigos le formaban el gabinete y el dijo que no era presidente de sus amigos, sino de toda la nación argentina”. En tanto que resaltó su renuncia la masonería para no responder a un orden diferente al del pueblo. Y concluyó: “Sarmiento decía que todos los problemas eran problemas de educación; y cuando revisamos los problemas que tenemos, muchos de ellos son problemas de educación”.

En su libro, el autor analiza las contribuciones de Sarmiento a la política, en particular durante su campaña electoral y su presidencia, a la literatura, a la educación y a la sociedad en general, examina sus luchas personales, sus ideales republicanos, su influencia en la configuración de la estructura política del país y sus relaciones con otros líderes de la época.

Daniel Balmaceda es escritor, periodista y un apasionado historiador argentino egresado de la Universidad Católica Argentina. Es miembro de número de la Academia Argentina de la Historia, Miembro de número del Instituto Histórico Municipal de San Isidro. Trabajó en el sector privado para prestigiosos medios como la revista El Gráfico y Noticias, para empresas internacionales y es autor de numerosas obras literarias.