En el barrio Villa Azul, Provincia de Buenos Aires, se levantó hoy el confinamiento estricto luego de dos semanas debido a la baja tasa de contagios y los vecinos podrán transitar por las calles con las mismas restricciones que cualquier habitante bonaerense. Aquellas familias que cuenten con al menos un caso positivo deberán someterse a un aislamiento focalizado.
Mayra Mendoza, intendenta de Quilmes, habló acerca de los resultados que generó la medida: “Si no hubiésemos tomado las decisiones que tomamos, hoy, en lugar de tener 344 casos tendríamos 3.000”.
La ex Diputada Nacional afirmó que “si realmente nos indigna las villas donde vive la gente hacinada, hay que plantear la urbanización de los barrios populares de Argentina y que sea una política de Estado”. Sumado a ésto, señaló que un solo gobierno no puede hacerse cargo de estas problemáticas, sino que es mejor trabajar en concordancia con los regímenes de todos los distritos. “Uno tiene que poder pensar y planificar para construir mil casas como las que se necesitan en el barrio Villa Azul, pero quizás eso tarda más de lo que dura una gestión. Por eso, esto tiene que ser una política más allá de los gobiernos y debemos buscar las herramientas que nos permitan concretarla”, sostuvo.
El presidente de la Nación, Alberto Fernández, y el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, comparten la idea de urbanizar el barrio y todos aquellos lugares donde el hacinamiento y las malas condiciones sanitarias son una constante. “Villa Azul es el ejemplo más claro de la injusticia. No es posible que haya gente en situación de hacinamiento, sin cloacas, compartiendo baños. Hay que remediar eso que la pandemia dejó expuesto”, declaró hace unas semanas el mandatario nacional en diálogo con AM750.
A partir de la finalización del aislamiento comunitario en Villa Azul, tanto el gobierno bonaerense, como los municipios de Quilmes y Avellaneda, decidieron poner en marcha un confinamiento focalizado sobre aquellas familias que cuentan con casos positivos. “Hacemos un control más exhaustivo para que puedan cumplir con la cuarentena”, expresó la intendenta.
Desde que se implementó el aislamiento inflexible, en la comunidad fallecieron dos personas por COVID-19, mayores de 65 años y que ya estaban internados por enfermedades previas. Uno de ellos presentaba hipertensión y diabetes, y el otro tenía problemas hepáticos previos.
Por otro lado, Avellaneda superó el domingo pasado la barrera de los 600 infectados y 13 fallecidos, mientras que Quilmes cuenta con 893 casos confirmados y 9 muertes.