La vuelta a clases será regresiva y en agosto

El plan de regreso a los colegios se irá implementando entre el 4 y el 31 de agosto próximo, después del receso escolar por las vacaciones de invierno y en forma escalonada en los distintos niveles educativos.

La Ciudad de Buenos Aires reanudará a partir de agosto y en forma gradual la presencialidad total en las escuelas, tras la implementación de clases virtuales por la pandemia del coronavirus, en base a un esquema escalonado elaborado por el Gobierno porteño que será obligatorio y en el que los alumnos secundarios serán los primeros en volver a las aulas.

Así fue anunciado hoy en el polo educativo de Mataderos por el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, quien detalló que el plan de regreso será en burbujas que abarcarán a la clase completa de alumnos y se aplicará en etapas entre el 4 y el 23 de agosto próximos, después del receso escolar por las vacaciones de invierno y las dos jornadas del 2 y el 3 para exámenes. “En esta segunda mitad del año los chicos necesitan estar más tiempo en las aulas para fortalecer el aprendizaje y pasar de año con los conocimientos que necesitan”, aseguró Rodríguez Larreta, quien precisó que “la presencialidad tiene que ser la regla, no la excepción” al reivindicar uno de los ejes de su gestión durante la pandemia en materia educativa.

Agregó que “la virtualidad, si bien es una gran herramienta, no reemplaza el trabajo en el aula, el contacto con el docente, en equipo y aprender con los compañeros. El año pasado el doble de chicos no logró alcanzar los conocimientos esperados con respecto a 2019” y señaló que “la presencialidad en el aula es imprescindible para la inclusión”.

Detalló que “la burbuja va a pasar a ser el aula, lo que va a permitir que haya más horas de clase y que todos los chicos se vuelvan a encontrar con todos sus compañeros. Antes las burbujas eran de grupos más pequeños” y anunció, en ese marco, los detalles del plan gradual de regreso a la presencialidad a partir de agosto y de manera progresivo como era antes de la pandemia.


“Son unos 700 mil chicos que vuelven a su régimen habitual”, celebró el alcalde porteño, quien apuntó que, de esta forma, “la asistencia a clases vuelve a ser obligatoria”, excepto para aquellos que hayan acreditado tener factores de riesgo.

El cronograma


El calendario de regreso gradual arrancará con los estudiantes de los últimos años del nivel medio común y técnico y se implementará desde el 4 de agosto, ya que el 2 y el 3 de habrá mesas de examen.

Puntualmente, desde el 4 volverán a la rutina habitual los alumnos de 4to y 5to año de secundaria, los de 5to y 6to año de técnica; en tanto que el 9 de agosto regresarán los restantes cursos de 1ero, 2do y 3ro de secundaria y 1ero, 2do, 3ero y 4to de secundarias técnicas.

Una vez completado ese escalón y si la situación sanitaria lo permite, las autoridades porteñas indicaron que desde el 17 de agosto retornarán los chicos y las chicas del nivel primario, los de modalidad especial, los de escuela para adultos, los del nivel superior no universitario y de los Centros de Formación Profesional.

Y el 23 de agosto será la fecha para el regreso de los niños y niñas del nivel inicial.

En las universidades, en tanto, desde el 17 de agosto, podrán optar por retomar gradualmente las clases teóricas presenciales, para lo que deberán asegurar un distanciamiento mínimo de 1,5 metros entre los estudiantes, ventilación y medidas de protección generales, como el uso de tapabocas, alcohol en gel, toma de temperatura y la implementación de un protocolo de aislamiento de casos sospechosos, entre otras medidas de cuidado.

Tal como ocurrió con otras actividades en esas casas de estudios ya autorizadas, los protocolos deberán ser elaborados por las universidades y una vez que el Ministerio de Salud porteño otorgue el aval sanitario, deben ser aprobados por el Gobierno nacional.

En la actualidad, las únicas actividades universitarias presenciales son las prácticas en talleres, laboratorios y hospitales-escuela, además de los exámenes finales y los servicios de apoyo académico a los estudiantes.

Rodríguez Larreta estuvo acompañado por el jefe de Gabinete porteño, Felipe Miguel; la ministra de Educación, Soledad Acuña; el ministro de Salud, Fernán Quirós.

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Apagón en la Avenida Corrientes

“Se suspendió una obra con la gente adentro. Algunas obras habían terminado, otras siguieron con luces de emergencias. Estamos relevando cada una”, señaló Carlos Rottemberg en diálogo con Infobae. Este miércoles 7 de mayo los teatros de la mítica Avenida Corrientes sientieron fuerte el corte de luz.

En tanto, agregó: “Fue repentino, no supimos nada. Nos pasó alguna vez hace mucho que cerraron varias salas al mismo tiempo por un corte general. Con la luz de emergencia pudimos desalojar algunas funciones, otras siguieron y otras tuvimos que suspenderlas”.

“Siempre es una responsabilidad tener un corte de luz con gente adentro. Sobre todo porque hay escaleras y hay gente que puede tener alguna discapacidad y necesita ascensor. Es todo un engorro la falta de energía en una función”, completó.

En las redes sociales, una usuaria competió un comentario: “Terrible #apagón en el micro centro de CABA. Impresionante ver toda la Avda. Corrientes a oscuras y el obelisco apagado más la gente saliendo de los teatros a oscuras”.

En ese marco, según informó el ENRE, el servicio cortado es de la concesionaria Edesur y alcanzó a tener más de 13 mil usuarios sin suministro eléctrico durante la tarde de este miércoles.

Mirador del Obelisco: las mejor vista de la Ciudad

El monumento más emblemático de la Ciudad reabre su cima con una experiencia panorámica única, accesible y cargada de historia. El Gobierno instal{o un ascensor para subir los 67,5 metros de altura y ver Buenos Aires como nunca antes. FOTOS DE ALERTA TRANSITO.

Con una intervención respetuosa del patrimonio, se instaló un ascensor moderno, con un lado vidriado y otro con pantalla digital, que permite ascender hasta el nivel 55. Un emblema que renace. El Obelisco, símbolo indiscutido de la Ciudad de Buenos Aires, renueva su propuesta y se transforma en un nuevo atractivo turístico: El Mirador Obelisco, una experiencia que permitirá a porteños y visitantes subir hasta la cima para disfrutar de una vista 360° desde 67,5 metros de altura.

Se lo considera un ícono de la Ciudad y es el punto de reunión para actos o festejos. Para su aniversario número 85, que es este año, se realizó una puesta en valor que incluyó trabajos de hidrolavado y pintura.

La Municipalidad ganó el juicio entablado contra la Curia, y la última misa se celebró el 16 de agosto de 1931. San Nicolás era, en sí, un monumento histórico. No sólo por ser, por ejemplo, el templo donde se bautizaron a Mariano Moreno o a Manuel Dorrego, o donde descansaban los restos del cura Manuel Alberti, el primer miembro de la Junta de 1810 en morir en enero de 1811, sino además que en su torre flameó por primera vez un 23 de agosto de 1812 la bandera argentina. En 1935 se inauguraría el templo en su ubicación actual, en avenida Santa Fe al 1300.

El obelisco porteño fue construido durante la gestión presidencial del militar e ingeniero Agustín Pedro Justo, quien condujo los destinos de la Argentina entre el 20 de febrero de 1932 y el mismo día del año 1938. En ejercicio de esa potestad, el entonces presidente Justo designó como intendente de la ciudad capital al abogado, escritor y político Mariano de Vedia y Mitre, quien ocupó el cargo entre 1932 y 1938.

Fue precisamente Mariano de Vedia y Mitre quien, en el marco de un plan de modernización de la ciudad -que además incluía el ensanchamiento de la Av. Corrientes, la apertura de la Av. 9 de Julio y la construcción de la Plaza de la República- y a propuesta de su secretario de Hacienda Atilio Dell’ Oro, ordenó la construcción del Obelisco con el objetivo de celebrar el cuadrigentésimo aniversario de la fundación de la ciudad de Buenos Aires.

El Obelisco es, en todo el mundo, el mayor emblema de la ciudad y de sus habitantes, como lo pueden ser la Torre Eiffel en París o la Estatua de la Libertad en Nueva York.

Se aproximaban los 400 años de la fundación de la ciudad de Buenos Aires por Pedro de Mendoza, y las autoridades porteñas buscaban la forma de realizar un homenaje adecuado para aquella aldea que sería destruida en 1541 y vuelta a fundar en 1580.

Inaugurado en 1936 para recordar el cuarto centenario de la primera fundación de Buenos Aires, es obra del arquitecto Alberto Prebisch, uno de los principales exponentes del modernismo argentino. La alemana GEOPE fue la empresa constructora. Los trabajos comenzaron el 20 de marzo de 1936 y el Obelisco, se inauguró el sábado 23 de mayo de ese mismo año a las 15 horas.

Participaron 157 obreros, y hubo que lamentar la muerte de uno de ellos, el italiano José Cosentino. El total de la obra ascendió a 200.000 pesos. Su construcción demoró apenas dos meses y se cumplió la indicación del intendente, quien quería que estuviese terminado antes del 25 de mayo.

La palabra “obelisco” deriva del latín obeliscum, y según el diccionario de la Real Academia Española, significa “pilar muy alto, de cuatro caras iguales y terminado por una punta piramidal muy achatada, que sirve de adorno en lugares públicos”.

Pues el principal símbolo representativo de la ciudad de Buenos Aires es precisamente su “obelisco”, que está en el cruce de las avenidas Corrientes y 9 de Julio, en la llamada Plaza de la República, siendo su exacto domicilio el siguiente: Av. Corrientes 1066, ciudad de Buenos Aires.

Con una altura total de 67,5 metros y una base de 6,8 metros por lado, el Obelisco posee una única puerta de, detrás de la cual hay una escalera marinera de 206 escalones con 7 descansos que lleva a la cúspide. Allí existe un mirador con cuatro ventanas, visibles desde la calle.

En febrero de 1936 el intendente Mariano de Vedia y Mitre, resolvió la creación de un monumento que le hiciera justicia a tamaño acontecimiento, como fue la primera fundación de la ciudad. En el decreto que firmó, se refería a una obra “…que señale al pueblo de la República la verdadera importancia de aquella efeméride. Que no existe en la ciudad ningún monumento que simbolice el homenaje de la Capital de la Nación entera”. Nacía el Obelisco.

Los detractores del obelisco, que se había quedado con la sangre en el ojo porque decían que el proyecto no había sido discutido en el Concejo Deliberante, tuvieron su oportunidad de volver a la carga el 21 de junio de 1938 cuando se le desprendieron trozos de mampostería. Y en junio del año siguiente, los ediles porteños, por 23 votos a favor y uno en contra, votaron la ordenanza 10.251 de su demolición, argumentando razones de seguridad, estéticas y económicas,

Tuvo que terciar el propio presidente Roberto Marcelino Ortiz, al expresar que el Obelisco era un monumento para recordar un acontecimiento importante como fue la primera fundación de Buenos Aires, que el intendente porteño era sólo un delegado del gobierno nacional, y que el Ministerio de Obras Públicas se encargaría de costear las reparaciones. Y llegó el veto del intendente Arturo Goyeneche.

Se quitaron las losas y se las reemplazaron por mampostería. En el apuro, se eliminó la leyenda que indicaba que Presbisch había sido el arquitecto de la obra. Y asunto terminado.

Los cuatro acontecimientos: El 4º centenario de la fundación de la ciudad por Pedro de Mendoza. 2. El lugar en donde la bandera Argentina fue izada por primera vez. 3. La proclamación de la Ciudad como la Capital Federal del país y 4. La segunda fundación de la ciudad por Juan de Garay.

Descripción de los festejo para su inauguración en 1936: «El sábado 23 de mayo, el pueblo se ha dado cita en la flamante Plaza de la República. El primer magistrado de la Nación preside la solemne ceremonia. Son exactamente las 15, cuando la Banda Municipal ejecuta el Himno Nacional. Se cortan simbólicamente las cintas y se declara inaugurado el nuevo tramo del ensanche y el gran Obelisco, convertido ya en motivo inspirador del tradicional ingenio porteño. En la rotonda se han reunido chicos de las escuelas.

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