Una avenida porteña llamada “Malvinas”

El bloque de legisladores porteños del Frente de Todos (FdT) propuso cambiar el nombre de la avenida Rivadavia de la Ciudad de Buenos Aires por “Avenida Malvinas Argentinas e Islas del Atlántico Sur”, a fin de reconocer el “reclamo inclaudicable de soberanía” sobre el archipiélago.

A través de un proyecto presentado en la Legislatura porteña pocos días antes de cumplirse el 40° aniversario de la guerra de Malvinas, el bloque presidido por Claudio Ferreño afirmó que la intención es “reconocer la envergadura que tiene el reclamo inclaudicable de soberanía sobre las Islas del Atlántico Sur en la Ciudad de Buenos Aires y su importancia como parte de nuestra memoria colectiva”.

Además, los legisladores propusieron denominar “Bernardino Rivadavia” a la actual calle Malvinas Argentinas de la Ciudad de Buenos Aires, ubicada en los barrios de Parque Chacabuco y Caballito, ya que nace, justamente, en la actual avenida Rivadavia y finaliza en la avenida Eva Perón.

La actual avenida Rivadavia, en cambio, tiene 27 kilómetros de largo y excede los límites de la Capital Federal, ya que comienza en la Plaza de Mayo porteña y finaliza en el partido bonaerense de Moreno, siendo una de las arterias más importantes de la ciudad de Buenos Aires y del oeste del Gran Buenos Aires.

Sin embargo, el cambio de nombre alcanzaría solo al tramo porteño, de acuerdo al proyecto del FdT.

En los fundamentos del proyecto, los legisladores explicaron que el objetivo es “otorgar el espacio de trascendencia que merece en nuestra Ciudad a quienes combatieron y pusieron su vida al servicio de nuestra patria en la misión de recuperar los territorios de las Islas Malvinas; Georgias del Sur y Sandwich del Sur y sus espacios marítimos circundantes”.

Por otra parte, admitieron que la elección de cambiar el nombre de la actual avenida Rivadavia “generará profundos y acalorados debates, sobre las tradiciones y el valor simbólico que tiene la figura del primer presidente de las Provincias Unidas del Río de la Plata”, pero agregaron que “no es la intención de esta iniciativa hacer un revisionismo histórico, sino reconocer la envergadura que tiene el reclamo inclaudicable de soberanía” sobre las islas.

La avenida Rivadavia recorre de este a oeste al territorio porteño, y en su traza se emplazan numerosos puntos y edificios históricos, así como otros que son actualmente relevantes para la política Argentina.

Además, puede verse como una división entre el norte y sur de la ciudad, y a partir de ella casi todas las calles y avenidas cambian su denominación y numeración, solo la Avenida General Paz y la Avenida 9 de Julio no cambian su nombre al cruzar Rivadavia.

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Los 110 años de Julio Cortázar en la Ciudad

Habrá pinturas, esculturas, fotografías, videos, instalaciones sonoras, objetos personales y un imponente túnel de 93 metros para celebrar los 110 años del nacimiento del escritor argentino. La exposición podrá visitarse desde el 15 de octubre hasta el 23 de marzo de 2025, de martes a viernes de 13 a 22 horas, sábados, domingos y feriados de 11 a 22 horas con entrada libre y sin costo para residentes argentinos.

“Comienzo del juego”, la nueva gran exhibición con la que el Centro Cultural Recoleta conmemora los 110 años del nacimiento del escritor argentino Julio Cortázar y los 40 años de su muerte, en el marco del “Año Cortázar” impulsado por el Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires.

“Comienzo del juego” se extiende a lo largo de más de 1500 metros cuadrados en el espacio expositivo bautizado en 1994 como Cronopios J y C, en honor al escritor. A lo largo de las tres grandes salas, la exposición repasa la biografía, la obra y la influencia de Cortázar a través de un abordaje lúdico y al mismo tiempo riguroso, imaginando una mirada múltiple intervenida por diversas disciplinas.

En las salas J y C, los críticos literarios Pablo Gianera y Maximiliano Tomas dividen la vida de Cortázar en dos grandes etapas, antes y después de su viaje a Francia en 1951: allí pueden verse fotografías inéditas, objetos personales que se muestran por primera vez, cartas manuscritas y mecanografiadas, dos cortometrajes realizados por el cineasta Eduardo Montes-Bradley para la ocasión —con imágenes registradas por el autor de Rayuela—, dibujos de su propia mano, una instalación sonora, audios originales y una cuidada selección de fragmentos de su obra.

Estos dos espacios están conectados por un túnel o pasaje (una idea esencial de la literatura cortazariana) de más de 90 metros creado por el curador Rodrigo Alonso para la sala Cronopios como un recorrido que el visitante puede transitar a su gusto, y a través del cual desembocará en situaciones inspiradas por los títulos de sus libros. Una vez allí tendrá la posibilidad de sorprenderse con las propuestas visuales de artistas argentinos como Marta Minujín, Edgardo Giménez, Fermín Eguía, Graciela Taquini, Pablo Suárez, León Ferrari y Mildred Burton, entre muchos otros.

Rodrigo Alonso se enfocó en las atmósferas fantásticas del escritor para hacer su curaduría. “La exposición que se despliega en la Sala Cronopios está imbuida de ese sello cortazariano y, por momentos, remite a algunos cuentos específicos del autor argentino; sin embargo, no pretende ser una ilustración de sus historias, sino más bien un encuentro caprichoso con su riquísima usina imaginaria”, señaló Alonso a Perfil.

Por su parte, Pablo Gianera apuntó en su texto curatorial que su Maga “fue la ‘síntesis’ (es palabra suya) de Cortázar y de París” y que “ausente para siempre La Maga en Rayuela, desaparece con ella esa entidad encantatoria superior. Cortázar siguió buscándola, no a ella -su personaje- sino a la unidad”.

“Ritos, pasajes, juegos. Esas tres nociones que Cortázar usó para agrupar y reordenar sus cuentos delimitan de modo más general un triángulo en el que el pasaje como vértice superior señala en verdad el impulso a la unidad de su obra entera. Pero es un impulso cuyo efecto, la reunión de lo inconexo, se le delega confiadamente al lector: su misión es armar cada vez la figura, para que cada vez sea la primera vez”, destacó Gianera.

Maximiliano Tomas, curador de la propuesta y director del Recoleta advierte en una entrevista con el diario Perfil que “el joven Cortázar se asemeja a un continente donde todo cabe y se macera: los textos de Verne, Poe, Cocteau, Stevenson, Keats, la música, el boxeo, el cine, el interés por las artes visuales”.

“¿Qué lugar ocupa hoy en la cultura argentina, a cuarenta años de su muerte? Si su figura excede el campo literario -como ícono pop, como visita obligada para turistas en el cementerio de Montparnasse-, dentro de sus márgenes hay quienes lo señalan como un autor de iniciación, un camino hacia nombres mayores”, analiza y sigue: “Pero ni sus más acérrimos detractores pueden ocultar la felicidad que muchos asocian a sus textos. Hay escritores que petrifican al lector en su lugar, como Medusa. Muy pocos, como Cortázar, parecen lanzarlos a una verdadera aventura intelectual, al generar, al mismo tiempo, ganas de seguir leyendo y de sentarse a escribir”.

La exposición podrá visitarse desde el 15 de octubre hasta el 23 de marzo de 2025, de martes a viernes de 13 a 22 horas, sábados, domingos y feriados de 11 a 22 horas con entrada libre y sin costo para residentes argentinos.

“Nunca Más”: homenaje a 40 años del informe de la CONADEP

El Cuerpo Legislativo conmemoró los 40 años del célebre informe “Nunca Más”, a 40 años de su publicación.

El acto se llevó a cabo en el Salón Presidente Alfonsín y contó con la presencia de la diputada y presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, Garantías y Antidiscriminación, Victoria Montenegro; la presidenta de la Liga Argentina por los Derechos Humanos, Iris Pereyra; el exembajador argentino en España, Ricardo Alfonsín; y el periodista y analista internacional, Martín Granovsky.

“Esta es una fecha muy significativa para la memoria de nuestro pueblo”, destacó Montenegro en el inicio de las alocuciones. También resaltó la importancia de encontrarse y de pensar en forma conjunta “los desafíos que hoy tiene la memoria y ese Nunca Más”. Y concluyó: “Que nos vayamos con mucha fuerza para seguir luchando y efectivamente el Nunca Más sea Nunca Más”.

crédito: Prensa Legislatura porteña.

Luego Alfonsín puntualizó en la necesidad de preservar la memoria “y que las generaciones futuras sepan qué es lo que ocurrió”; y pidió el compromiso de varios actores en la preservación de la memoria histórica. Y finalmente señaló el peso histórico del Juicio a las Juntas Militares.

El 15 de diciembre de 1983, el entonces primer mandatario, Dr. Raúl Alfonsín, creó mediante el decreto 187/83 la Comisión Nacional por la Desaparición de Personas (Co Na De P), con el objetivo de investigar la desaparición forzada de personas producidas durante la dictadura cívico militar ocurrida entre 1976 y 1983.

El informe final producido por la Comisión se denominó “Nunca más”. En sus páginas, el informe afirma que los Derechos Humanos fueron violados de forma sistemática por el Estado. En sus conclusiones da por confirmado las desapariciones a las que determina que no fueron hechos aislados y advierte que la lista de desaparecidos que consigan es “inevitablemente una lista abierta”.

Un año después de su publicación, el “Nunca Más” fue utilizado como base probatoria por la Justicia para condenar a las cúpulas militares en la causa 13, inmortalizada como el Juicio a las Juntas. El cuadragésimo aniversario de la publicación encuentra a la sociedad argentina habiendo desarrollado un proceso de memoria, que es ejemplo en el mundo.

Sombreros, porteños e históricos: abrió un local en el centro

Nació en 1891 de la mano de los hermanos Lagomarsino y llegó a su apogeo en los años 30; en 1967 la familia Riera la salvó de la quiebra y hoy estrenan un local-museo sobre la histórica avenida de Mayo.

Los sombreros en los años 30 alcanzaron su esplendor: Gardel e Hipólito Yrigoyen llevaban sus diseños; realizaban exportaciones a Europa y América y de su modelo más popular, el sombrero Flexil, llegaron a fabricar 1000 docenas anuales.

Tuvieron más de 800 empleados a los que ellos mismos formaban en el oficio. Tres generaciones de Lagomarsino estuvieron al mando de la empresa, hasta que en 1945 Rolando Lagomarsino incursionó en la política y, de a poco, comenzó a descuidar la industria familiar. Fue eso lo que los llevaría, más adelante, a tomar la decisión de vender la fábrica y la marca.

La marca icónica de sombreros Lagomarsino continúa siendo un legado familiar, pero con un nuevo apellido: Riera. Además de Jorge y Juan, su hermana Silvina trabaja en la parte administrativa, y ya se incorporaron sus respectivos hijos.

“La pasión por los sombreros la llevo en la sangre. La palabra Lagomarsino nos llena de orgullo. Es lo que vimos toda la vida y siempre estamos detrás de detalles para mejorar y evolucionar”, señala Jorge, gerente del reciente local de la marca inaugurado sobre Avenida de Mayo.

“En la época de oro de Lagomarsino, Argentina era uno de los mayores fabricantes de sombreros del mundo. Lagomarsino formaba parte de una coalición que compartía secretos de la industria junto con las marcas internacionales más importantes, como Borsalino de Italia y Stetson de Estados Unidos”, cuenta Jorge.

 Fuente: diario La Nación