Requisas policiales: la decisión de la Justicia porteña

La Sala IV de la Cámara de Casación y Apelaciones en lo Penal, Penal Juvenil, Contravencional y de Faltas revocó un fallo sobre armas blancas apartando a la jueza interviniente que ordenó revisar todo lo actuado en 115 procedimientos policiales en la vía pública.

La Sala IV de la Cámara de Casación y Apelaciones en lo Penal, Penal Juvenil, Contravencional y de Faltas de la Ciudad Autónoma de Buenos aires ordenó revisar todo lo actuado respecto de requisas policiales y secuestro de armas blancas e impropias, hizo lugar al recurso de apelación del Ministerio Publico Fiscal y apartó a la magistrada actuante

En el fallo revocatorio, detalló errores procedimentales en todos los niveles de la causa: fiscalía y juzgado por los cuales se fundamenta la nulidad. Sala integrada por los Dres. Luisa María Escrich, Gonzalo Viña y Javier Alejandro Bujan, revocaron el fallo sobre 115 hechos ocurridos en el turno de la segunda quincena de junio, de la titular de Juzgado Penal, Contravencional y de Faltas de Primera Instancia N° 17, Dra. Natalia Ohman.

Los hechos ocurrieron mientras el tribunal de grado estuvo de turno en el período comprendido entre el 16 y el 30 de junio de 2024 para entendiendo en todos los hechos que tuvieron lugar en la zona oeste de esta Ciudad (comunas 5, 6, 7, 10 y 11). En ese marco, el Ministerio Público Fiscal le informó que había convalidado diversos procedimientos policiales realizados en la vía pública que habían culminado con el secuestro de armas no convencionales (tales como cuchillos, destornilladores, tijeras o elementos corto punzantes). El 26 de junio de 2024, el representante de la acusación se limitó a informar a la jueza de grado que todos los casos solicitados se encontraban en la órbita de la Unidad de Intervención Temprana Oeste del Ministerio Público Fiscal. Tras ello, la magistrada dictó la resolución.

El juez Gonzalo E. D. Viña observó que: “conviene, entonces, dejar de lado mínimamente los cánones usuales de la mejor técnica judicial, para echar luz sobre el debate desatado y poner en su justo quicio cada aspecto de la controversia”.

Que “frente al incumplimiento por parte del Ministerio Público Fiscal de la orden judicial de remitir las constancias y registros de los casos en los que se habían adoptado autónomamente medidas precautorias, la jueza de grado debió insistir con la intimación, esta vez con el apercibimiento de ley pertinente (conf. art. 73 CPP; art. 6 LPC). Y que: “La resolución apelada debe ser revocada en todos sus términos. Esta decisión torna necesario el apartamiento de la jueza de grado en cada uno de los ciento quince casos afectados, como lo peticiona el recurrente”.

El Dr. Buján señaló que: “la resolución apelada debe ser revocada en todos sus términos. Esta decisión torna necesario el apartamiento de la jueza de grado en cada uno de los ciento quince casos afectados, como lo peticiona el recurrente”. Y que: “en mi interpretación se ha configurado de parte de la resolución de la magistrada a quo un claro caso de arbitrariedad en la resolución. La resolución carece no solo de prudencia y atino sin que a su vez en manera patente es carente de fundamentación suficiente. La resolución sub examine realiza afirmaciones meramente dogmáticas e infundadas, más de corte académico que judicial, cuya orfandad de sustento, atento a los escasos antecedentes que contaba al momento de resolver, descalifican la resolución dictada como acto jurisdiccional válido”.

La Sala por unanimidad con el tercer voto de la camasista Escrich revocó la resolución apelada, entendiendo que la jueza había realizado una conexidad indebida y que había resuelto en violación al principio de oralidad, inmediatez y debido proceso.

Tras la sentencia de la jueza de primera instancia apartada, la Policía de la Ciudad se había visto impedida de avanzar con este tipo de requisas. Según datos del Ministerio de Seguridad, en los primeros seis meses de este año la fuerza porteña incautó más de 1.500 armas blancas.

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Recitales en Vélez: La Policía de la Ciudad desarticuló una banda de estafadores en recital de Shakira 

La Policía de la Ciudad desarticuló una banda de “trapitos de lujo” que involucra a barras de Vélez, un gremialista y un agente penitenciario detenidos por el delito de asociación ilícita y estafa.

Así se puso fin a una banda de “trapitos de lujo” integrada por un agente penitenciario ligado a la barra brava de Vélez y un delegado gremial que cobraba por estacionar ilegalmente dentro de un hipermercado durante recitales en el estadio de Vélez Sarsfield.

Ocho hombres y una mujer fueron detenidos por personal de la División Contravenciones y Faltas de la Policía de la Ciudad en el marco del operativo de seguridad montado para el recital de Shakira, y encausados por asociación ilícita y estafas.

La organización cobraba ilegalmente entre 30 mil y 40 mil pesos por el estacionamiento en el hipermercado Carrefour, ubicado a unos cien metros del estadio, por fuera del circuito legal.

Al mismo tiempo, desde el Ministerio de Seguridad, se decidió aplicar una sanción de dos años de derecho de admisión a los estadios.

De acuerdo a los investigadores, esas maniobras se habrían estado desarrollando en los últimos recitales realizados en el estadio de Liniers. Fue durante el operativo de seguridad por el recital de Shakira que los detectives lograron dar con el modus operandi y la integración de la banda.

Tras ser demorado y llevado hasta el gazebo de la Superintendencia de Investigaciones instalada en las afueras del estadio, un “trapito” empezó a quejarse, a decir que era de la barra de Vélez y a negar que cobrara por cuidar coches, sino que solo se dedicaba a mandar a los conductores que querían estacionar hasta el Carrefour cercano al estadio.

Para dar fe de lo que decía, mostró un papel pequeño con la palabra “sindicato”, ni más ni menos que la contraseña para entrar al estacionamiento del hipermercado.

Carrefour de Liniers, según sabían los policías, brinda en alquilar una cantidad de cocheras -serían unas 300- para cuando hay recitales en Vélez a la empresa Seeker Parking, que a su vez vende las plazas a través de su página web y a contrapago otorga al cliente un QR con el cual accede al estacionamiento.

Los detectives fueron hasta el hipermercado y vieron cómo se desarrollaba el procedimiento con quienes llevaban la contraseña con el papelito “sindicato”. Los investigadores esclarecieron cómo era la trazabilidad y la tarea de cada uno de los nueve componentes de la maniobra.

Cuando llegaba el auto y el conductor le mostraba el papelito, dos empleados de la empresa de parking -que estaban allí para verificar el QR-, lo dirigían hacia el estacionamiento del subsuelo. Una vez abajo lo recibían otros dos empleados infieles, uno el encargado de Seeker Parking y el otro el encargado de seguridad de ese sector del hipermercado, y le indicaban al “cliente” a qué lugar del estacionamiento dirigirse.

Allí los recibía un agente del Servicio Penitenciario Federal y miembro de “La Pandilla”, la barra brava de Vélez, que cobraba los 30 mil o 40 mil pesos. También había otros dos empleados de Carrefour, fuera de su horario de trabajo, ayudando a acomodar los coches, cumpliendo órdenes del cobrador.

Tras la consulta a la Unidad de Flagrancia Oeste, a cargo del Dr. Corral Galvano, ordenó las detenciones y el secuestro de cada uno de los celulares que tenían, unos cien mil pesos que tenía el cobrador y la credencial del agente penitenciario.

Entre las protestas de algunos de los detenidos, uno de ellos admitió que “el que maneja todo es José”. Como ya los teléfonos estaban en poder de la policía, los detectives se dedicaron a esperar al tal José, supuestamente el delegado gremial del sindicato de Comercio.

Ante la falta de respuestas de sus supuestos cómplices que ya no tenían los teléfonos, José fue al lugar donde lo aguardaban los oficiales, donde también quedó detenido. Los nueve imputados fueron notificados de conformación de causa, en tanto avanza la investigación sobre una posible mayor integración de la organización delictiva.


La Policía de la Ciudad tiene su primera ambulancia exclusiva para su personal

La Policía de la Ciudad cuenta desde hoy con una ambulancia exclusiva destinada a atender a los oficiales en los operativos en los que intervienen, la cual fue entregada por la Obra Social de Personal de Seguridad de la Ciudad.

La cesión de la ambulancia, totalmente equipada para urgencias, se desarrolló en un acto encabezado por el ministro de Seguridad porteño, Horacio Giménez, en la sede de la Dirección de Operaciones Motorizadas de la Policía de la Ciudad, en la avenida Belgrano al 3100.

A la ceremonia asistieron el jefe de la Policía de la Ciudad, Diego Casaló, la subjefa Carla Mangiamelli, el secretario de Coordinación, Raúl López Presa, la presidenta de OSPESE, Georgina Ricciardi, y el gerente general de la obra social, Maximiliano Gallucci.

El ministro de Seguridad de la Ciudad, Horacio Giménez, sostuvo que “hoy es un día muy importante para el personal policial porque estamos cumpliendo con todas las promesas que hizo el Ministerio de seguir apoyando el trabajo diario”.

“Nuestra obra social OSPESE nos ha dado una ambulancia para acompañar al personal en los distintos operativos de riesgo y salvaguardar la vida en caso de que sea necesario”, completó.

Por su parte, Georgina Ricciardi, presidenta de OSPESE, remarcó que “hoy estamos entregando un vehículo ambulancia para cubrir los operativos de la policía de la ciudad, materializando una vez más un objetivo que es cuidar a quienes nos protegen”.

Finalmente, Maximiliano Gallucci explicó que “la ambulancia es la primera que OSPESE entrega para uso exclusivo de la Policía de la Ciudad, totalmente equipada para estar en operativos o despliegues, a modo de prevención sanitaria, ante cualquier evento en el que se tenga que atender algún efectivo, mejorando las posibilidades y las condiciones del paciente”.

Agregó que “desde su creación hay un lema en la obra social: ‘CUIDANDO A LOS QUE NOS PROTEGEN’, y convertimos ese lema en un método de gestión para mejorar la calidad de vida de nuestros afiliados, que son los policías, los bomberos y su grupo familiar”.

Diez mil prendas apócrifas secuestradas valuadas en 13 millones de pesos

crédito: Policía de la ciudad PRENSA.

Una investigación por venta ilegal y falsificación de marcas llevada adelante por la Fiscalía PCyF 35 Especializada en Investigaciones Complejas, a cargo de Celsa Ramírez, culminó con el secuestro de casi 10.000 prendas apócrifas valuadas en aproximadamente 13 millones de pesos. 

Ante la denuncia de representantes de diversas firmas comerciales, la fiscalía ordenó una serie de inspecciones integrales simultáneas en locales comerciales del barrio de Pompeya de esta ciudad, con el fin de constatar la venta de indumentaria y calzado apócrifos que carecen de las medidas de seguridad y certificaciones correspondientes.

Esta mercadería es ubicada en el mercado legal, sin ningún tipo de control y en contra de la salud pública. Y se comercializada de forma ilegal en locales mercadería de marcas falsificadas en Pompeya.

A partir de los procedimientos se secuestraron casi 10 mil elementos apócrifos – remeras, musculosas, shorts, camperas, pantalones largos, zapatillas- de marcas tales como Puma, Nike, Under Armour, Jordan, Lacoste, entre otras, por un valor estimado de mercado de 13 millones de pesos ($ 13.000.000,00.).

Las inspecciones fueron coordinadas por la Fiscalía 35 y la División Investigaciones Especiales de la Policía de la Ciudad, y participaron además la Administración Gubernamental de Ingresos Públicos (AGIP), la Dirección General de Fiscalización y Control (DGFYC) y la Dirección General de Protección del Trabajo (DGPT).

Los responsables de los comercios fueron sujetos a proceso penal por parte de la Fiscalía. A su vez, se dispuso la clausura inmediata y preventiva de los locales por falta de habilitaciones comerciales y por falta de adecuación a las medidas de seguridad obligatorias.

Además, los organismos intervinientes labraron diversas actas de intimación y solicitaron adecuaciones a las normativas vigentes que regulan la habilitación y autorización de actividades económicas en CABA.