Volver al cole con precios por las nubes

Con el inicio anticipado de las clases en la ciudad de Buenos Aires, se adelantaron también las compras para tener todo listo para el primer día de escuela. Pero quienes se acerquen a los comercios por estos días se llevarán una sorpresa: los aumentos en la canasta escolar llegan al 142% en relación con 2022 y, para adquirir todo de cero, podrán desembolsar hasta casi $ 60.000, según un relevamiento realizado por la consultora Focus Market para el blog de Naranja X Hablemos de plata.

El informe destaca que, para comprar un kit de útiles escolares clásicos desde cero, sin contar los libros y la indumentaria, se necesitan en total unos $ 10.442. Esto representa un 135% más de lo que costaba el mismo listado de materiales el año pasado. Entre los materiales, se incluye una mochila escolar básica, una caja de 12 lápices largos de colores, una caja de 10 marcadores escolares, una caja de 12 crayones de color, un adhesivo de 30 ml, una tijera de 12 cm, un sacapuntas de metal, un repuesto de ocho hojas para dibujo N° 5 y uno de seis hojas para dibujo a color N° 5, una regla de acrílico de 20 cm, dos paquetes de papel glacé, dos lápices negros, dos gomas de borrar, 12 rótulos autoadhesivos, un cuaderno tapa flexible de 48 hojas rayadas, dos cuadernos tapa flexible de 24 hojas rayadas y un cuaderno de 42 hojas forrado.

En el caso de que se utilice guardapolvo, comprar uno nuevo tiene un valor de $ 7250, versus los $ 2999 que costaba el año pasado; un 142% más. Y, si se opta por renovar la mochila o la cartuchera, existen modelos para todos los bolsillos y colores. Una mochila con tiras básica lisa o reforzada de 16 a 20 litros va de $ 3999 a $ 23.290. Una de carrito de 23 a 28 litros puede costar de $ 21.900 a $ 55.800, y una de carrito con luces de 18 pulgadas gamer o de unicornio, cuesta desde $ 35.599 a $ 52.699. 

En cuanto a las cartucheras, una clásica con cierre oscila entre $ 1890 a $ 23.290 y, una de dos pisos, entre $ 2990 y $ 9800.

Con respecto a los costos de la canasta escolar, los comerciantes resaltaron que varían significativamente entre escuelas públicas y privadas, así como entre los niveles educativos. Aunque, en los últimos años, no hubo grandes cambios en las listas de útiles, hay un tendencia al alza en la inclusión de dispositivos tecnológicos, que engrosan el presupuesto e implican un recambio cada tres años.

Así, para acceder al pack de un guardapolvo, una mochila básica y el listado de los 21 útiles, se necesitan alrededor de $ 17.692, contra los $ 7470 que costaba el año pasado. Si se reemplaza la mochila clásica por una con carrito, y la cartuchera con cierre por una de dos pisos, ese mismo combo se va a $ 58.938.

“En el caso de los productos específicos para el rubro escolar, como guardapolvo y calzado, tuvieron incrementos interanuales de hasta el 142%. El Gobierno puede intentar acordar una canasta de útiles escolares con los diferentes proveedores de artículos escolares pero será un acuerdo hacia adelante ya que el arrastre de variación de precios en las diferentes categorías no se puede retrotraer”, señaló Damián Di Pace, director de Focus Market.

En tanto, para comprar el combo de útiles escolares para la secundaria, hay que pensar en gastar desde $ 10.169, sin considerar libros ni indumentaria. El kit incluye dos bolígrafos azules, dos negros, cuatro de colores y uno roller, una carpeta con solapa de colores, un cuaderno espiral de 84 hojas rayadas y uno similar de hojas cuadriculadas, dos gomas de borrar, un lápiz corrector, un lápiz portaminas con un set de seis minas, una regla transparente de 20 cm, cuatro resaltadores gruesos color pastel y dos finos, un sacapuntas de metal, un set de seis microfibras de colores, una tijera de 17 cm y una voligoma de 30 ml.

CANASTA ESCOLAR” tuvieron un aumento del 90.24 % en útiles escolares y 164.09% en indumentaria respecto al año 2022.

El ejecutivo mencionó que se observa una anticipación del 25% de las compras versus los tres años anteriores. “Este crecimiento está impulsado por los ajustes de precios que se esperan por la inflación prevista para el primer trimestre. Comprando hoy, se ahorra un 30% que a mediados de febrero, la época de mayor concentración de ventas en la previa de la ‘Vuelta al Cole'”, explicó el número uno de ALOT, cadena con 12 sucursales en el país, donde recibe a más de 1 millón de clientes durante la temporada.

Con respecto a los costos de la canasta escolar, los comerciantes resaltaron que varían significativamente entre escuelas públicas y privadas, así como entre los niveles educativos. Aunque, en los últimos años, no hubo grandes cambios en las listas de útiles, hay un tendencia al alza en la inclusión de dispositivos tecnológicos, que engrosan el presupuesto e implican un recambio cada tres años.

Testimonios

Una mamá que estaba de compras escolares en Once contó a Clarín que gastó $ 25.000 pesos en una mochila y otros 25.000 en útiles. “Por miedo a que vuelvan a subir las cosas, vine a comprar ahora”.

Otra detalló que el año pasado gastó unos 10.000 pesos por hijo, haciendo sus compras en febrero. Esta vez desembolsó 23.000 pesos por cada uno.

“Todos estos días el movimiento ha sido constante”, comentó Martín, uno de los vendedores que, pese a tener tres ayudantes, no termina de atender a todos los padres que entran a su negocio para ver precios y comprar útiles. Y comentó que en esta fecha el movimiento solía ser más tranquilo años anteriores. “En enero todos estaban de vacaciones, ahora ya vinieron porque los precios van a seguir subiendo”, sostuvo.

Este panorama no es solo en la zona de Once, donde se encuentran cosas a un menor precio y la venta se suele hacer al por mayor. En otras librerías del AMBA el aumento en ventas de útiles escolares también se incrementó en enero a diferencia del año pasado.

En la cadena ALOT informaron que el adelanto de las compras de la canasta escolar se registra desde diciembre. Al comparar el último mes de 2023 con el de 2022 advirtieron un aumento del 25% en las ventas. Para enero esperan un comportamiento similar.

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Tensión en Balvanera con la comisaría del barrio y los vecinos

Un video filmado por vecinos de la Comuna 3 alarmó al barrio por la cantidad de ruidos, peleas y el hacinamiento que viven los casi 100 detenidos por diferentes hurtos en la Alcaidía Anexo 3 en el barrio porteño de Balvanera.

La calle General Urquiza, entre Agrelo y Venezuela, tiene alto tráfico aunque no tanto como cerca de Plaza Miserere (Once) porque pasan cuatro líneas de colectivos, alumnos que entran y salen de dos colegios de la zona, ambulancias que ingresan al Hospital Ramos Mejía, taxis y remises que dejan a pacientes en la guardia.

“Acá no hay que temerle a una entradera desde la calle; acá los presos se me meten desde adentro”, contó un vecino que no quiso dar su nombre por miedo quien recordó que durante una quema de colchones, en mayo y en diciembre del año pasado, se fugaron varios presos y uno de ellos escapó por la terraza de su casa, reprodujo Infobae la queja vecinal.

Según los números que presenta la administración de Jorge Macri, hasta el 20 de febrero había, dentro del universo de detenidos, 544 imputados, 1509 procesados y 387 condenados. Alegan que hay 139 internos con entre 1 y 2 años de permanencia en comisarías, y 23 que llevan más de 2 años. Cada preso le cuesta a los vecinos de la Ciudad $83.576 diarios. En 2024, destinaron $70.161.000.000 a la gestión de detenidos.

Hoy, 9 de junio, los datos oficiales sostienen que sigue la superpoblación en las comisarías y las alcaldías porteñas: poseen 2.240 detenidos dentro de sus calabozos, los cuales tienen una capacidad máxima para 1.270. En esta alcaldía de Balvanera, 60 detenidos.

El conflicto lo provocó el mismísimo gobierno porteño según un vecino que vive al lado de la comisaría: “Nos trajeron el conflicto al barrio. Ellos se llenan la boca hablando de seguridad, pero esto es una cargada. Encima ya no tenemos comisaría. Si hay un problema, no hay nadie para atenderte. Los policías de la alcaidía están para vigilar a los presos, no para cuidarnos a nosotros”.

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Apuestas ilegales: nueva modalidad a través de Whatsapp

La Fiscalía Penal Especializada en Juegos de Azar (FEJA) de la Ciudad llevó adelante una serie de operativos y allanamientos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en las localidades de Chacabuco y Vicente López en la Pcia. de Buenos Aires.

El caso surgió a raíz de la denuncia de la madre de un menor que detectó movimientos extraños en la billetera virtual de su hijo y finalmente supo que esas entradas y salidas de dinero eran por apuestas deportivas que el menor hacía a través de WhatsApp.

Los allanamientos fueron solicitados por el fiscal Juan Rozas, a cargo de la FEJA,  y  permitieron recabar elementos de prueba significativos para la causa, entre ellos dispositivos electrónicos, documentación relevante y soportes digitales que dan cuenta del funcionamiento de una organización dedicada a la captación ilegal de apuestas.

Asimismo, durante los operativos se logró ubicar e identificar 3 personas que quedaron imputadas y sujetas al proceso judicial.

Uno de los aspectos más alarmantes que surgieron de la investigación fue la verificación de que existieron víctimas menores de edad que accedían a las plataformas de apuestas desde escuelas primarias y secundarias, lo que alerta sobre la gravedad del fenómeno del juego ilegal y su incidencia directa en la población infantil y adolescente.

El Ministerio Público Fiscal de la Ciudad recuerda que las plataformas de juego deben contar con autorización y control de la Lotería de la Ciudad (LOTBA S.E.), y que sólo las plataformas legales poseen mecanismos de validación de identidad que garantizan el cumplimiento de los requisitos legales, entre ellos la mayoría de edad. Solo si una plataforma termina en “.bet.ar ” es legal y segura.

Los procedimientos se realizaron con el apoyo del Cuerpo de Investigaciones Judiciales del Ministerio Público Fiscal de la Ciudad y la participación de la Policía de la Ciudad.

En 2024, hubo 1 femicidio cada 39 horas

El dato surge de la undécima edición del Registro Nacional de Femicidios de la Justicia Argentina (RNFJA), que elabora la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema de Justicia de la Nación (OM-CSJN), con datos provistos por todas las jurisdicciones del país.

De allí se desprende también que el año pasado en promedio hubo una víctima directa de femicidio cada 39 horas, y una víctima de la violencia letal de género cada 36 (incluyendo a las víctimas de femicidio vinculado), lo que arroja un promedio de más de 18 femicidios directos por mes.

Con una tasa de víctimas directas de femicidio cada 100.000 mujeres del 0,95, del estudio surge que en al menos el 86% de los casos la víctima directa de femicidio tenía vínculo previo con el sujeto activo. En efecto, en el 54% eran parejas, ex parejas o tenían otro tipo de relación sexo-afectiva; en el 16% eran familiares, y en el 16% tenían otro tipo de vínculo. Solo en el 9% de los casos eran desconocidos entre sí.

El informe agrega que al momento del hecho, al menos 96 víctimas directas de femicidio tenían a cargo a 204 niñas, niños o adolescentes (de 0 a 17 años de edad).

En al menos el 48% de los casos relevados se registraron hechos previos de violencia de género/doméstica entre la víctima y el sujeto activo de femicidio directo, mientras que al menos el 12% de los femicidas tenían antecedentes de violencia de género respecto a otras víctimas (distintas a las del femicidio).

En cuanto a la nacionalidad de los victimarios, al menos el 88% eran argentinos, mientras que al menos 11% eran de origen extranjero.

Inmediatamente después de cometer el hecho, 41 sujetos activos (17%) se suicidaron y otros 13 lo intentaron (5%); 85 (35%), en tanto, se dieron a la fuga, mientras que 76 sujetos activos (31%) buscaron ocultar su autoría.

Las víctimas directas de femicidio fueron asesinadas principalmente mediante el uso de la fuerza física (manual y con elementos) en 86 casos (36%); con armas blancas y/o elementos cortopunzantes en 67 (29%); con armas de fuego, en 46 (20%); con fuego u otros medios combustibles en 13 (6%), y en 5 (2%) el femicidio directo se cometió por intoxicación o venenos.

De los casos relevados en 2024, al menos 36 de las 228 víctimas directas estuvieron desaparecidas o extraviadas previo al hallazgo del cuerpo.

El 79% (180) de las víctimas de femicidio directo fueron atacadas en viviendas, mientras que el 9% (20) de estos hechos ocurrió en el espacio público. El 84% de los hechos sucedieron en zonas urbanas, mientras que el 14% ocurrieron en zonas rurales.

Otros datos que surgen del RNFJA 2024:

Al menos 14 víctimas directas de femicidio eran migrantes internacionales, al menos 8 eran migrantes interprovinciales y otras 3 eran migrantes intraprovinciales.

Al menos 5 víctimas directas de femicidio tenían algún tipo de discapacidad; al menos 3 se encontraban embarazadas al momento del hecho, y al menos 3 eran lesbianas/bisexuales.

Al menos 12 víctimas se encontraban en situación de prostitución y al menos 2 estaban en situación de calle.

Al menos 2 eran indígenas o descendientes de pueblos indígenas u originarios (una de la comunidad Wichí Betania y otra de la comunidad aborigen El Cóndor).

4 víctimas presentaban problemáticas de salud mental y 29 tenían consumo problemático de sustancias.

10 sujetos activos pertenecían a fuerzas de seguridad.