Desde la vuelta de la ansiada democracia, donde este año se cumplen 40 años, hubo dos balotajes destacados: la victoria de Macri y la renuncia de Menem.
Con su debut trunco en los comicios de 2003, el esquema volvió a concretarse en 2015 (esta vez en su plenitud). Sin embargo, en 1973 ya se había dado el escenario, aunque bajo u período de dictadura militar.
El sistema incluido en la reforma constitucional de 1994 prevé una última convocatoria a sufragar a los 30 días posteriores a los comicios. Se dará entre los dos primeros candidatos más votados, siempre que ninguno haya obtenido el 45% de los votos afirmativos (no cuentan los votos en blanco), o alzarse con el más del 40% con una diferencia de 10 puntos respecto al segundo.
Las elecciones presidenciales del domingo 27 de abril de 2003 entre los candidatos Carlos Menem (Frente por la Lealtad/UCeDé); Néstor Kirchner (Frente para la Victoria); Ricardo López Murphy (Movimiento Federal Recrear); Adolfo Rodríguez Saá (Frente Movimiento Popular – PUL); Elisa Carrió (ARI); Leopoldo Moreau (Unión Cívica Radical); Patricia Walsh (Izquierda Unida), Alfredo Bravo (PS) y Jorge Altamira (PO) inauguró el primer ensayo a balotaje entre los dos aspirantes más votados desde su incorporación en 1994.
El exmandatario sumó el 24,45% de los sufragios, mientras que el santacruceño, 22,25%; escenario que, según el primero, “no reunía las condiciones” para garantizar una “transparente legitimidad democrática” en la segunda vuelta.
En un histórico mensaje en cadena nacional, el riojano se bajó y la Justicia Electoral decretó a Kirchner como ganador donde encaró una era desde 2003 hasta 2015 con el gobierno de su esposa Cristina Fernández.
Balotaje presidencial de 2015
El segundo registro de balotaje en Argentina tuvo lugar en las elecciones presidenciales de 2015 entre Daniel Scioli (Frente para la Victoria) y Mauricio Macri (Cambiemos).
Si bien el candidato oficialista había logrado imponerse en primera vuelta con el 37,08% frente al 34,15% que cosechó el exjefe de Gobierno porteño, el diferencial de poco menos de 3 puntos demandó una definición 30 días después.
“Convoco a todos los indecisos e independientes para alcanzar la victoria de todos los argentinos”, instó Scioli desde el estadio Luna Park.
El 22 de noviembre y por poco más de 700.000 votos, el líder del PRO se consagró como jefe de Estado con el 51,4%. “Les pido a los que no nos votaron que se sumen a este cambio. Esta Argentina no va a ser fruto de un iluminado que tiene todas las soluciones. Eso no existe. Mi tarea es ayudarlos a encontrar el camino”, sentenció.