Subte: reclamo de metrodelegados y legisladores por el asbesto
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Legisladores porteños del Frente de Todos acompañaron el reclamo de los metrodelegados en una reunión con autoridades del subterráneo de Buenos Aires en línea con varios pedidos insistentes hace mucho tiempo sobre seguridad de los trabajadores vinculados al asbesto en las formaciones, entre otros temas.
Los legisladores porteños del Frente de todos Claudio Ferreño (Presidente del Bloque), Maria Bielli, Lucía Cámpora, Cecilia Segura, Juan Manuel Valdes, Laura Velasco y Claudio Morresi, recorrieron el Taller Rancagua de la Línea B y acompañaron a los trabajadores en una reunión con autoridades del subterráneo.
Ante la presencia del Presidente de Subterráneos de Buenos Aires (SBASE), Eduardo de Montmollin; el Gerente de Operaciones de Metrovías, Eduardo Domínguez y el jefe de Seguridad e Higiene, Gustavo Bernachea; la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro encabezada por el dirigente gremial, Roberto Pianelli, explicó que viene realizando jornadas de retención de tareas, desde hace casi un año, en los talleres del subterráneo “por la confirmación de presencia de asbesto en el sistema en la que todas las partes intervinientes ya reconocemos”, y reclama el retiro de los coches afectados y un plan de trabajo para el recambio de las formaciones.
Por la presión de los trabajadores, Metrovias y Sbase reconocieron también problemas de salud en trabajadores del subte de la línea B. Se trata de empleados de los talleres a quienes les diagnosticaron placas pleurales.
“Sobre un universo de 1200 trabajadores que se realizaron chequeos médicos y 500 que tenemos auditados, alrededor de 18 personas tienen algún problema médico vinculado a la presencia de asbesto. Creemos que hay que ampliar el universo de los trabajadores”, indicaron fuentes gremiales a este medio.
Existe una comisión especializada para tratar la gestión del asbesto en el subterráneo, integrada por especialistas de Sbase, Metrovías, los metrodelegados, Apra, la subsecretaría de Trabajo, la Superintendencia de Riesgo de Trabajo, la Defensoría del Pueblo y el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), que confirmó que el problema se extendía más allá de la línea B.
Se trata de de Jorge Navarro, operario del Taller Constitución, quien murió tras una larga enfermedad. El gremio denuncia dessde 2018 que el asbesto en varias formacione de trenes compradas a Europa tenían este elemento cancerígeno que provocó la muerte del operario en el día de hoy.
Navarro falleció de cáncer de pulmón por exposición al asbesto. La Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro no descartan nuevas medidas de fuerza y se declararon en alerta y movilización.
“Jorge estaba enfermo de cáncer de pulmón producto de la exposición al asbesto. La auditoría médica así lo reconoció en el año 2020. Desde el año 2018 cuando descubrimos la presencia del material cancerígeno prohibido, en el subte y premetro, han fallecido cuatro trabajadores y 107 están afectados por la exposición al asbesto”, señalaron a partir de un comunicado.
“Las dos empresas ahora emplazadas reconocieron que las formaciones contienen asbesto o amianto”, aseveró el dirigente.
Desde el sindicato realizaron un estudio que detectó la exposición de al menos 1.000 trabajadores al material contaminante. De 180 análisis, 11 presentaron placas pleurales, una patología relacionada con dicho mineral.
Por otra parte, Pianelli confirmó que “no existe un plan para descontaminar las formaciones, sólo quitaron cuatro piezas de las 50 que contienen asbesto en cada vagón”. “El riesgo de contaminación con el asbesto no se limita a los trabajadores sino que también quedan expuestos los pasajeros”, alertó el dirigente. Lo vienen denunciando desde el 2018.
Desde Emova expresaron su “pesar” por el fallecimiento de Navarro, quien prestó servicios en el Taller Constitución de la Línea C. “Hacemos extensivo nuestro acompañamiento a sus familiares y allegados”, subrayaron, aunque aclararon que no proporcionarán más detalles “por respeto a la privacidad y en cumplimiento con la normativa de confidencialidad de los datos personales”.
“Por otro lado, queremos recordar que continuamos trabajando desde 2018 en el plan integral de desasbestizado en todo el ámbito de la Red y que el Subte cuenta con condiciones adecuadas de seguridad en base a estándares científicos y técnicos”, sumaron.
“El túnel del terror”: denuncian sarna en el subte
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La asociación gremial de trabajadores del subterráneo de Buenos Aires denunció la suciedad y la nula fumigación en estaciones principalmente de la Línea B lo que generó en infecciones de ESCABIOSIS, más conocida como sarna que se esperaba erradicada hace años de la Ciudad.
Una infestación de sarna genera preocupación en pasajeros y trabajadores de la línea B de Subte, por lo que se iniciaron reclamos por parte del gremio ante la falta de limpieza y fumigación de los trenes y espacios públicos.
El comunicado difundido por la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y el Premetro señala que desde hace semanas varios empleados y usuarios resultaron infectados por Escabiosis, más conocido como sarna, que está causando graves afectaciones al cuerpo que provocan la realización de tratamientos médicos.
A su vez, manifiestan que hace años dicha línea se ve perjudicada por la presencia también de roedores, alacranes, cucarachas y otros vectores de transmisión y contagio.
“Todo esto se da en el marco general de abandono, con una flota obsoleta al borde del colapso y catástrofe, con el asbesto contaminando y enfermando a trabajadores”, expresa el comunicado a la AGTSYP.
Frente a este escenario, piden una solución “inmediata” de la infestación de sarna y de las diversas plagas que azotan a la línea.
Si no hay reparación sobre esta problemática, en el comunicado sostienen que no descartan realizar alguna “medida tendiente a conseguir respuestas a este reclamo”.
Subte: aumento del boleto, patovicas, menos viajes y molinetes rotos
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Se siguen sumando críticas al pésimo estado del subterráneo de C.A.B.A que sigue en aumento y brinda un pésimo servicio no acorde a sus tarifas. En cada estación los molinetes nuevos se cruzan con los viejos que ya no sirve y no los cambian, pusieron “patovicas” a controlar que la gente pague el aumento, no hay obras en las filtraciones de agua, y además la medida no salió bien porque la gente decide otras opciones más económicas como la bicicleta, el tren o el colectivo.
La estadísticas oficiales reflejan que la implementación de los aumentos tarifarios que llevaron la tarifa de $125 a $650, y se prevé otro aumento más, produjo una importante disminución de pasajeros pagos transportados, según datos de Sitio “En el SUBTE”.
El fuerte incremento tarifario en un contexto general de pérdida de poder adquisitivo de los salarios llevó a que se presentaran proyectos en la Legislatura Porteña para intentar morigerar los aumentos pero no fueron tratados.
El impacto del aumento en el bolsillo podría agravarse en el caso de que prosperen las intenciones del Gobierno nacional de dejar de financiar los descuentos de la “Red SUBE”, del 50% en la primera combinación y del 75% en las siguientes dentro de las dos horas de la primera validación.
Aumentos
Los incrementos llevaron el valor del pasaje de $125 a $574 a mediados de mayo y a $650 a fines de ese mismo mes. Se trata de uno de los mayores incrementos en la historia de la red, cuya implementación aún no ha terminado: resta aplicar un último tramo, que llevará la tarifa a $757 en octubre en principio.
Sin obras en 2024
Las filtraciones de agua en estaciones, las obras inconclusas de reparaciones, la imposibilidad de invertir en nuevas estaciones o ampliar el recorrido de las líneas de subte actuales y menos la ilusión de la Línea F están vedadas este 2024 ya que no figuran en el presupuesto aprobado por la Legislatura porteña.
Las trazas contempladas en la ley 670 (líneas F, G e I), que fueron aprobadas por la Legislatura hace más de dos décadas, sin que a la fecha se tengan planes para comenzar con la construcción de ninguna de ellas.
El Presupuesto 2024 solo contiene una breve mención a “desarrollar la ingeniería para la licitación de la línea F”, que uniría Barracas y Palermo. Se trata de una fórmula textualmente calcada de los presupuestos de 2021, 2022 y 2023, años en que los avances en la materia fueron nulos.
Sin ir más lejos, en mayo de 2022, y tras 14 postergaciones, la Ciudad decidió dar de baja la licitación de los estudios de la línea F que había sido lanzada en 2019. En aquel entonces se prometió que la ingeniería de la línea sería desarrollada por equipos propios de SBASE, sin recurrir a servicios de consultoría externa.
Hasta el momento, los avances han sido más bien escasos. Desde SBASE aseguran que está “prácticamente finalizado el diseño conceptual” de la línea F, pero que todavía no se ha avanzado en la ingeniería básica licitatoria. No obstante, vale aclarar que la elaboración de estos estudios no tiene ningún efecto concreto sobre la eventual construcción de la línea -o de al menos parte de ella-: la obra no tiene plazos ni presupuesto asignado.
Patovicas
EMOVA contrató alrededor de 80 personas de la firma Rebor que trabajan entre 8 y 10 horas, con salarios que no llegan a los 700.000 pesos. “La semana pasada hicimos una presentación a partir de la aparición de esta gente en la línea de molinetes que, por otro lado, es violatoria de nuestro convenio colectivo de trabajo firmado con la empresa”, explicó a Tiempo Argentino, Jorge Méndez, secretario de organización de metrodelegados.
“La audiencia fue en la subsecretaría de trabajo y la empresa dijo que a estas personas las contrataron por el término de 90 días para recuperar los valores de recaudación porque en los últimos meses hubo mucha evasión”, agrega Méndez y recuerda que “la seguridad la tiene que brindar el Estado y no privado, pero EMOVA argumenta que ellos no están para hacer seguridad sino para velar por los intereses de la empresa. No quieren reconocer que son de seguridad porque saben que es ilegal”.
Ademas, si hablamos de costos, es significativamente mayor el costo asociado a los sueldos de estos trabajadores, que la eventual perdida por algunos pocos pasajeros que no abonen su pasaje, por lo cual podria decirse que esto es un capricho de la empresa EMOVA para mostrarse “invencible” frente a los que pretendan colarse, aun cuando tenga un costo superior.
Despues nos preguntamos por que el subte porteño, en manos privadas de EMOVA (misma mierda que Metrovias, del grupo Roggio, pero con diferente olor), sale tan caro.