Sombreros, porteños e históricos: abrió un local en el centro

Nació en 1891 de la mano de los hermanos Lagomarsino y llegó a su apogeo en los años 30; en 1967 la familia Riera la salvó de la quiebra y hoy estrenan un local-museo sobre la histórica avenida de Mayo.

Los sombreros en los años 30 alcanzaron su esplendor: Gardel e Hipólito Yrigoyen llevaban sus diseños; realizaban exportaciones a Europa y América y de su modelo más popular, el sombrero Flexil, llegaron a fabricar 1000 docenas anuales.

Tuvieron más de 800 empleados a los que ellos mismos formaban en el oficio. Tres generaciones de Lagomarsino estuvieron al mando de la empresa, hasta que en 1945 Rolando Lagomarsino incursionó en la política y, de a poco, comenzó a descuidar la industria familiar. Fue eso lo que los llevaría, más adelante, a tomar la decisión de vender la fábrica y la marca.

La marca icónica de sombreros Lagomarsino continúa siendo un legado familiar, pero con un nuevo apellido: Riera. Además de Jorge y Juan, su hermana Silvina trabaja en la parte administrativa, y ya se incorporaron sus respectivos hijos.

“La pasión por los sombreros la llevo en la sangre. La palabra Lagomarsino nos llena de orgullo. Es lo que vimos toda la vida y siempre estamos detrás de detalles para mejorar y evolucionar”, señala Jorge, gerente del reciente local de la marca inaugurado sobre Avenida de Mayo.

“En la época de oro de Lagomarsino, Argentina era uno de los mayores fabricantes de sombreros del mundo. Lagomarsino formaba parte de una coalición que compartía secretos de la industria junto con las marcas internacionales más importantes, como Borsalino de Italia y Stetson de Estados Unidos”, cuenta Jorge.

 Fuente: diario La Nación

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La feria que reúne lo mejor del diseño y la gastronomía en un solo lugar estará este sábado 15 y domingo 16 de marzo en Parque Rivadavia, Av. Rivadavia 4950, en Caballito, de 13 a 22 horas, con entrada libre y gratuita y se suspende por lluvia.

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BA Market

La Feria ofrecerá sabores auténticos, fusiones innovadoras y un menú especial con lo mejor de la gastronomía de Argentina, Paraguay, Haití, Venezuela, México, Francia, Estados Unidos y Colombia, donde se podrán degustar crepes dulces y salados, papas y sándwiches ahumados, comida venezolana, colombiana y haitiana, hamburguesas, panchos, meriendas y pastelería artesanal, frutillas con crema, alfajores y chocolates, jugos naturales, mermeladas, salames y quesos.

También habrá indumentaria para mujeres y niños, bijou en acero y resina, marroquinería, correas para perros y accesorios, cosmética natural, jabones y velas aromáticas, muñecos y títeres de peluche, agenda, papelería y productos de librería, decoración en cerámica y sublimados y productos ecológicos.

Polémica por un patrimonio histórico cultural de la Ciudad: el Luna Park

La esquina de Corrientes y Bouchard fundado hace 92 años con los bailes de carnaval, y que se instaló recién en 1934. El Luna Park fue testigo de importantes acontecimientos en el siglo XX. Desde actos religiosos, políticos y artísticos hasta deportivos y sociales, como el velatorio de Carlos Gardel y la fiesta de casamiento de Diego Armando Maradona transmitivo en vivo por televisión.

A través de una resolución en las sombras de la Secretaría de Cultura de la Nación, La Comisión Nacional de Monumentos aprobó sin modificaciones y en tiempo récord el proyecto que busca demoler el histórico estadio para ampliar su capacidad en un 53% y sumarle un estacionamiento. Esta secretaría depende exclusivamente de Karina Milei según el decreto 989/24.

La Comisión que aprobó la polémica demolición depende de la Secretaría de Cultura de la Nación, a cargo de Leoardo Cifelli, y la resolución fue impulsada por su presidenta, Mónica Capano, y por Juan Vacas, el vocal del organismo y actual subsecretario de Paisaje Urbano de la Ciudad de Buenos Aires.

La decisión causó revuelo debido a que el estadio, de notable importancia para la historia deportiva y cultural de la Argentina, tiene prohíbida su demolición por haber sido declarado Monumento Histórico Nacional en 2007 y por estar localizado en un Área de Protección Histórica.

La resolución, firmada el 6 de enero, generó un fuerte revuelo debido a que el estadio, declarado Monumento Histórico Nacional en 2007 y ubicado en un Área de Protección Histórica, tiene prohibida su demolición, así como cualquier modificación en su volumen original. Sin embargo, el proyecto prevé la ampliación de su capacidad en un 53%, pasando de 8.400 a 13.000 espectadores.

Por medio del decreto 989/2024, que modifica la ley de Ministerios, el Poder Ejecutivo oficializó el pase de la Secretaría de Cultura del ámbito del Ministerio de Capital Humano, a cargo de Sandra Pettovello, directamente a la Presidencia de la Nación, convirtiendo el organismo en una Secretaría Presidencial, como Legal y Técnica y de Inteligencia. El Secretario de Cultura es Leonardo Cifelli que depende de la hermana del presidente que desde noviembre tiene bajo su órbita las siguientes secretarías: “Las tareas necesarias para posibilitar la actividad del Presidente de la Nación serán atendidas por las siguientes Secretarías Presidenciales: 1. General 2. Legal y Técnica 3. De Planeamiento Estratégico Normativo 4. De Prensa 5. De Inteligencia de Estado 6. De Comunicación y Medios 7. De Cultura. Las Secretarías enunciadas precedentemente asistirán al Poder Ejecutivo Nacional en forma directa. Análoga asistencia prestarán las demás Secretarías y organismos que el Presidente de la Nación cree al efecto, sin perjuicio de sus facultades de modificación, transferencia o supresión de dichas Secretarías y organismos”.

Los dueños del mítico Luna Park

El plan arquitectónico es promovido por DF Entertainment, empresa de Finkelstein, que tiene la concesión del estadio por 40 años.

Fundado por Ismael Pace y José Lectoure, el escenario fue inaugurado hace 92 años con los bailes de carnaval, y el 5 de marzo de ese mismo año se realizó la primera función boxística, con tres tribunas y sin el techo, que se instaló recién en 1934. El Luna Park fue testigo de  importantes acontecimientos en el siglo XX. Desde actos religiosos, políticos y artísticos hasta deportivos y sociales, como el velatorio de Carlos Gardel y la fiesta de casamiento del gran Diego Armando Maradona.

El estadio, según publica su página oficial https://www.lunapark.com.ar/,  nació el 5 de marzo de 1932, en un predio que antes perteneció al ferrocarril, gracias a la iniciativa de José Lectoure e Ismael Pace. Como Lectoure era un ex campeón amateur de boxeo en la categoría de peso liviano, con su amigo, empezaron a organizar peleas en distintos lugares de la ciudad. Uno de esos espacios fue en Corrientes 1066 pero se tuvieron que ir de allí cuando empezó la construcción de la Avenida 9 de Julio.

Fue entonces cuando se mudaron a la mítica manzana de Corrientes y Bouchard. Primero alquilaron y finalmente compraron el terreno, y lo transformaron en un emblema de la Ciudad de Buenos Aires. En 2007, el Luna Park fue declarado Monumento Histórico Nacional.

El proceso de aprobación, que tardó solo dos meses, se dio en medio del receso vacacional, lo que generó sospechas. Trámites similares suelen demorar meses o incluso años. Ahora, la decisión final está en manos del Gobierno de la Ciudad, a cargo de Jorge Macri, y su ecretario de Cultura Enrique Avogrado y del papa Francisco, quien debe dar su visto bueno según el contrato de concesión.

Ante las versiones cruzadas, la empresa tuvo que salir a comunicar que el mítico estadio no será demolido sino remodelado para ampliar su capacidad para llegar a 15 mil espectadores.

La empresa Luna Park S.A. informó a la prensa que “es absolutamente falso que se vaya a demoler el estadio, tal como ha circulado en algunos medios; la historia del Luna Park es una historia de transformaciones, remodelaciones y reciclaje, y esta no es más que otra etapa en este proceso de renovación continua”.

En síntesis, lo que se habilita es a iniciar modificaciones estructurales en el interior (de allí la demolición parcial de la estructura). Bajo ningún concepto se podrán hacer “volúmenes observables desde la calle”.

“Esto no es un punto de llegada, es un punto de partida. El dictamen establece que el proyecto no está mal, pero hay que conformar una mesa para decidir, en cada momento a partir de ahora, el curso de acción”, concluye.

Los 110 años de Julio Cortázar en la Ciudad

Habrá pinturas, esculturas, fotografías, videos, instalaciones sonoras, objetos personales y un imponente túnel de 93 metros para celebrar los 110 años del nacimiento del escritor argentino. La exposición podrá visitarse desde el 15 de octubre hasta el 23 de marzo de 2025, de martes a viernes de 13 a 22 horas, sábados, domingos y feriados de 11 a 22 horas con entrada libre y sin costo para residentes argentinos.

“Comienzo del juego”, la nueva gran exhibición con la que el Centro Cultural Recoleta conmemora los 110 años del nacimiento del escritor argentino Julio Cortázar y los 40 años de su muerte, en el marco del “Año Cortázar” impulsado por el Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires.

“Comienzo del juego” se extiende a lo largo de más de 1500 metros cuadrados en el espacio expositivo bautizado en 1994 como Cronopios J y C, en honor al escritor. A lo largo de las tres grandes salas, la exposición repasa la biografía, la obra y la influencia de Cortázar a través de un abordaje lúdico y al mismo tiempo riguroso, imaginando una mirada múltiple intervenida por diversas disciplinas.

En las salas J y C, los críticos literarios Pablo Gianera y Maximiliano Tomas dividen la vida de Cortázar en dos grandes etapas, antes y después de su viaje a Francia en 1951: allí pueden verse fotografías inéditas, objetos personales que se muestran por primera vez, cartas manuscritas y mecanografiadas, dos cortometrajes realizados por el cineasta Eduardo Montes-Bradley para la ocasión —con imágenes registradas por el autor de Rayuela—, dibujos de su propia mano, una instalación sonora, audios originales y una cuidada selección de fragmentos de su obra.

Estos dos espacios están conectados por un túnel o pasaje (una idea esencial de la literatura cortazariana) de más de 90 metros creado por el curador Rodrigo Alonso para la sala Cronopios como un recorrido que el visitante puede transitar a su gusto, y a través del cual desembocará en situaciones inspiradas por los títulos de sus libros. Una vez allí tendrá la posibilidad de sorprenderse con las propuestas visuales de artistas argentinos como Marta Minujín, Edgardo Giménez, Fermín Eguía, Graciela Taquini, Pablo Suárez, León Ferrari y Mildred Burton, entre muchos otros.

Rodrigo Alonso se enfocó en las atmósferas fantásticas del escritor para hacer su curaduría. “La exposición que se despliega en la Sala Cronopios está imbuida de ese sello cortazariano y, por momentos, remite a algunos cuentos específicos del autor argentino; sin embargo, no pretende ser una ilustración de sus historias, sino más bien un encuentro caprichoso con su riquísima usina imaginaria”, señaló Alonso a Perfil.

Por su parte, Pablo Gianera apuntó en su texto curatorial que su Maga “fue la ‘síntesis’ (es palabra suya) de Cortázar y de París” y que “ausente para siempre La Maga en Rayuela, desaparece con ella esa entidad encantatoria superior. Cortázar siguió buscándola, no a ella -su personaje- sino a la unidad”.

“Ritos, pasajes, juegos. Esas tres nociones que Cortázar usó para agrupar y reordenar sus cuentos delimitan de modo más general un triángulo en el que el pasaje como vértice superior señala en verdad el impulso a la unidad de su obra entera. Pero es un impulso cuyo efecto, la reunión de lo inconexo, se le delega confiadamente al lector: su misión es armar cada vez la figura, para que cada vez sea la primera vez”, destacó Gianera.

Maximiliano Tomas, curador de la propuesta y director del Recoleta advierte en una entrevista con el diario Perfil que “el joven Cortázar se asemeja a un continente donde todo cabe y se macera: los textos de Verne, Poe, Cocteau, Stevenson, Keats, la música, el boxeo, el cine, el interés por las artes visuales”.

“¿Qué lugar ocupa hoy en la cultura argentina, a cuarenta años de su muerte? Si su figura excede el campo literario -como ícono pop, como visita obligada para turistas en el cementerio de Montparnasse-, dentro de sus márgenes hay quienes lo señalan como un autor de iniciación, un camino hacia nombres mayores”, analiza y sigue: “Pero ni sus más acérrimos detractores pueden ocultar la felicidad que muchos asocian a sus textos. Hay escritores que petrifican al lector en su lugar, como Medusa. Muy pocos, como Cortázar, parecen lanzarlos a una verdadera aventura intelectual, al generar, al mismo tiempo, ganas de seguir leyendo y de sentarse a escribir”.

La exposición podrá visitarse desde el 15 de octubre hasta el 23 de marzo de 2025, de martes a viernes de 13 a 22 horas, sábados, domingos y feriados de 11 a 22 horas con entrada libre y sin costo para residentes argentinos.