POR: Iván Mónaco
Fernando Vilardo, licenciado en filosofía en la Universidad de Buenos Aires, será pre-candidato a Diputado nacional en CABA por el Partido Autodeterminación y Libertad, liderado por Luis Zamora, y habló con la ACMV sobre la foto de Alberto Fernández en el cumpleaños de Fabiola en Olivos, sobre la construcción de los liderazgos en el mundo y en Argentina, y dejó una reflexión sobre qué sería una buena campaña para su espacio.
En una charla telefónica con la ACMV, Vilardo se refirió a la falta de líderes mundiales por lo difícil que se torna la cultura de la dirección de los pueblos. “El peronismo, del liderazgo, hizo toda su cultura: Perón decía ‘a’ y el movimiento obrero hacía ‘a’. Pero hoy en día, en el mundo son cada vez menos los Perón, y esto sucede porque la cultura de la dirección se empieza a cuestionar más porque esos liderazgos son más difíciles de construir”, reflexiona, y agrega un argumento sobre el porqué de esta situación. “El capitalismo está llevando a que el mundo viva cada vez peor, entonces los líderes cada vez son más cuestionados, más débiles, y lo vemos en procesos autoconvocados como por ejemplo, en Estados Unidos, Chile, entre otros”, comenta.
Sobre el final de la semana pasada, la foto de Alberto Fernández, junto a su mujer Fabiola, y algunos invitados, incumpliendo medidas restrictivas en la casa de Olivos en julio de 2020, mes en el cual regía una dura cuarentena por la pandemia del coronavirus, fue tendencia no solo en los medios tradicionales sino también en las redes sociales. “Ese hecho es parte de los privilegios de la dirigencia política, es la idea de que están por encima de los pueblos”, responde, Vilardo. Añade: “Aunque a mí no me gusta atacar directamente la foto porque uno ve que la oposición a partir de esto está haciendo electoralismo barato, y eso es un privilegio que tiene el conjunto de la dirigencia política ya que viven en una burbuja y están alejados de cómo vive la población. Para eso hay que sacarse de encima a la dirigencia política, y los pueblos tienen esa tarea por delante”.
Ante la falta de espacios para poder comunicar sus convicciones, Vilardo adelanta que una buena campaña sería “tener espacios para difundir nuestras ideas, posiciones, y plantear discusiones de fondo. Más que conseguir una banca, que también nos gustaría, lo que tratamos es plantar una semilla para difundir nuestras ideas”. Y sobre cuáles son estas ideas, el pre-candidato por AyL sostiene que, “venimos desde hace mucho tiempo planteando que si bien hay coincidencia con las distintas izquierdas, otras no, y en un punto hay discrepancia. En el resto de las izquierdas, hay mas coincidencias. En nuestro caso, implica rever un camino que viene haciendo la izquierda hace muchos años que es el tema del dirigente. Nosotros ponemos en discusión al dirigente político, ponemos en discusión la cultura de la dirección”.
“Para ellos (para los demás candidatos de la Izquierda) es importante construir un partido que dirija al pueblo en la lucha contra el capitalismo, sin embargo, desde hace muchos años decimos que esa experiencia no fue satisfactoria a lo largo de la historia. Entonces lo que planteamos es cómo pelear para que los pueblos se puedan autodirigir. Si no planteamos esto, no planteamos lo más importante. Y ellos cubren sus diferencias con un acuerdo electoral”, deslumbra.
Al tocar el tema sobre los sindicatos y su postura al respecto, Vilardo opina que, “esa respuesta hay que darla con cuidado porque hay una tendencia a cuestionar el sindicalismo que viene desde el lado de las patronales, donde plantean que hay una corriente anti-sindical, pero en realidad lo que quieren es avanzar sobre los derechos de los trabajadores”. Continúa: “Nosotros cuestionamos cualquier organización que sea vertical e impida que pueda decidir el conjunto. Por ejemplo: en la CGT, ¿las decisiones son de abajo? ¿O las toman desde arriba? Llevémoslo a cualquier gremio u organización. Entonces, cuando los trabajadores se organizan, desde arriba impiden ese movimiento y que no haya autodeterminación del conjunto”.
Para cerrar, en medio de la pandemia y ante la imposibilidad de hacer una campaña electoral callejera, desde algunos espacios políticos se inclinaron por figuras medianamente conocidas para intentar captar un voto más. Por tal motivo, Vilardo aclaró que, “es un fenómeno de época, y está vinculado a las direcciones y el paso del tiempo, porque los pueblos cada vez creen menos en los políticos. Esto no significa que haya una antipolítica, pero desde hace varios años la dirigencia política, y el poder económico que está detrás, busca alternativas para llamar la atención: son los outsiders Pero el problema no son los nombres, sino las ideas”.